4 de noviembre de 2010

Acompañamiento de días nefastos



La decepción que invade el cuerpo, lentamente, se alimenta del cólera causado por pequeños detalles, asuntos que deberían ser insignificantes pero que, al final, resultan partícipes de la tragedia, del desamor, de la ira y de la inquietud de días, meses quizá, años, o de una vida.

El corazón enmudece, el alma se esconde, el cuerpo duele y la mente se rompe. El mundo comienza a desaparecer en un agujero negro que no nos quiere absorber, se siente frío, lejano, porque, a pesar de que se va, nos deja...solos, desconsolados, con ninguna persona más que nosotros mismos, quienes, tristemente, somos nuestros propios enemigos.

Es tu culpa, decidiste perder todo.

Luego viene una lluvia ligera, pero se convierte en tormenta con nuestras blasfemias y negaciones. Se calma, todo parece mejor y...

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