...pero, a momentos (escasos muy escasos), se me ilumina el día con tus policías mala onda: "con estilo, señoritas, con estilo, sí aviéntensen (sic), pero con estilo".
Pd.: Te odio sistema de transporte colectivo metro.
Es una noche muy oscura, las estrellas han decidido no salir y apagar todo cuanto pudiera brillar en el cielo.
Discretamente la luna aparece gris, alejada, triste. Los ojos se convierten en su reflejo, llenos de lágrimas miran a un horizonte vacío, lleno de desesperanza, de contradicciones, de dudas.
El rostro que se mira en el espejo no tiene luz, está opaco, fundido en un dolor inexplicable que oprime el pecho y hace llorar.
El alma arroja un grito que se traduce en llanto y suspiros interminables. ¿Cuándo estará bien todo? ¿Cuándo tendrá el valor de romper los barrotes y salir? ¿Cuándo volverá a juntar los cristales rotos, a armar el rompecabezas de su belleza?
*
**
***
Hagámoslo una vez más, como una promesa. Toma su mano, no la sueltes y continúa. La luna se acerca y el cielo aclara, las estrellas pronto saldrán...
Es exactamente la 1:26 am, hora del centro de México, debería estar dormida y preparada para todo lo que tengo que hacer mañana, pero no. Quizá, indiscreto lector, esta vez no se pregunte por qué, mas se lo diré: asistí al estreno (obviamente nocturno, primera función... a nadie le importa, sólo presumo) de Harry Potter y las reliquias de la muerte.
Quisiera hacer una crítica alejada de la emoción que siento ahora; sin embargo no me es posible. La razón es muy simple: después de diez años de ver, como tradición, una película de un niño mago, y luego de notar cómo, poco a poco, los filmes eran peores, hoy Harry Potter recobró su magia: pasó de ser un bodrio creado con escenas sin sentido, huecos en la historia y malas actuaciones, a tener el mejor cierre audiovisual.
La inversión económica que hicieron los productores valió mucho la pena: buena dirección, efectos especiales bien hechos, grandes actores, emociones que no dejaban de atacar al espectador, secuencia coherente y congruente entre escenas, una historia clara y explicada, reaparición, presentación y descripción de personajes a su tiempo, y un cierre de primera parte exacto.
No puedo decir más aunque tenga mucho para hacerlo. Pienso que esta penúltima película de Harry Potter está especialmente hecha para el público que creció con esta saga (es decir, evolucionó a la par que sus seguidores lo hacían); no obstante, creo que resulta de verdad interesante para quien no se había acercado a este "mundo fantástico". Yo, estimado lector, solamente puedo sugerir que la vea y expresarle la satisfacción que siento con el resultado mostrado en la pantalla grande.
A mí me vale madres si a causa de la escritura informal, consecuencia del uso de herramientas como el messenger, twitter, y similares, la RAE decidió que algunas reglas cambiaran. Quizá muchas de ellas no afecten, como decir "ye" en lugar de "i griega", pero ¡¡¡escribir "sólo" sin acento!!! ¡¡En qué coño pensaban!!
B
LA
SFE
**MO
¿No sabe de qué hablo, estimado lector? Mire aquí y aquí y aquí.
Ande, gente, a atender las nuevas reglas o escribir como quiera, de todas formas, al final, reconocerán nuestra ignorancia o pereza.
Yo seguiré escribiendo como aprendí a hacerlo, qué importa carajo si después me llaman ignorante. ¡HE DICHO!
El primer video que le voy a mostrar es una recomendación hecha por Eliot Rocha a través de su comentario. Se trata de la canción "El angel Simon" de Nacho Vegas, que, debo admitir, me dejó un crudo sabor de boca.
No sé si la historia detrás, a la que Eliot se refiere, fue lo que yo entendí, pero vaya manera directa de hablar sobre cómo murió alguien y de lo que corresponde después (con todo y sentimientos).
La otra "joya" que mostraré deleitará sus oídos (espero que tanto como a mí) y, si la canción anterior le hizo mal, restará un poco esa sensación, musical lector.
La conocí un par de horas antes de escribir esta entrada y, como de costumbre, no pude esperar para mostrarla. Es una cantante canadiense, de los años 50/60 más o menos, llamada Joni Mitchell. La combinación de su voz, de su guitarra, algunas veces el piano, crean una armonía atrayente y que secuestra la atención mientras es escuchada.
La decepción que invade el cuerpo, lentamente, se alimenta del cólera causado por pequeños detalles, asuntos que deberían ser insignificantes pero que, al final, resultan partícipes de la tragedia, del desamor, de la ira y de la inquietud de días, meses quizá, años, o de una vida.
El corazón enmudece, el alma se esconde, el cuerpo duele y la mente se rompe. El mundo comienza a desaparecer en un agujero negro que no nos quiere absorber, se siente frío, lejano, porque, a pesar de que se va, nos deja...solos, desconsolados, con ninguna persona más que nosotros mismos, quienes, tristemente, somos nuestros propios enemigos.
Es tu culpa, decidiste perder todo.
Luego viene una lluvia ligera, pero se convierte en tormenta con nuestras blasfemias y negaciones. Se calma, todo parece mejor y...
En México, la calidez y la alegría en las festividades son características inherentes, no importa cuál sea el tema de la celebración. Tal es el caso del Día de muertos, no halloween.
Dentro del país, existen diversas formas de festejar (sí, festejar) a los difuntos, todo depende del estado o comunidad, pero todas con un mismo fin: convivir con las almas de todos aquellos que se fueron.
El Día de muertos a algunos les parecerá extraño (como me lo han hecho saber un par de conocidos extranjeros); sin embargo, para nosotros no es un momeno de tristeza, sino, al contrario, es muy alegre, es el momento en que las puertas del "más allá" se abren para permitir a las almas de los fallecidos convivan con el mundo de los vivos.
Es por lo anterior que las personas bailan y cantan en los cementerios, que adornan las tumbas y abren las puertas de sus hogares para recibir a sus familiares que ya no están vivos, que colocan altares con comida, bebidas, dulces y juguetes, para que los muertos vuelvan a disfrutar todo lo que en vida les gustaba.
Es cierto que la muerte es triste, es duro saber que ya no verás a un ser querido jamás, que su cuerpo ya no está a tu lado, que su voz se ha desvanecido y que sus ojos no volverán a mirarte; mas, es válido creer y entender que, al final, dos mundos (vivos y muertos) se unen y, aunque no puedas estar con alguien físicamente, no significa que se ha ido para siempre.
*
**
***
****
Me heredaste, extrañamente, pues no te conocí, un gusto inexplicable por los chicles y los bombones, una extraña fascinación por el altruismo y el buen humor; me diste tu reflejo en mi madre, quien, después de tantos años, no deja de recordar los buenos momentos a tu lado y tu ardua lucha para continuar: a ella le enseñaste a seguir adelante y, al mismo tiempo, a través de sus palabras maternas, me lo has enseñado a mí.
*
**
***
****
No recuerdo mucho sobre mis experiencias a tu lado, era muy niña cuando sucedió. Mamá habla muy bien de ti, papá quizá prefirió cerrar el tema, pero sé que te sigue queriendo tanto como tú a él. Ya no sé si aún conservo esos guantes morados que me regalaste un día de diciembre (he olvidado la fecha), pero sí guardo el momento: tu rostro cansado, pero sonriente, la alegría de mirar a tu hijo con tus nietos, todos los primeros, y la satisfacción de seguir ahí. Me enseñaste que los pequeños detalles valen mucho más y que vale la pena luchar, aunque al final tú ya no hayas querido hacerlo más.