18 de febrero de 2010

Él



A veces, me gustaría detener el tiempo, y así estar conmigo, en soledad y poder relajarme, concentrarme, hacer todas aquellas actividades para las cuales no tengo un momento en el día, para apurarme con los deberes escolares y poder dormir decentemente.

En ocasiones, me agradaría parar los minutos, para andar con esas personas a las que extraño, a quienes veo rápidamente; convertir 5 minutos en un día, o una noche en una hora.

Quiero decirle alto a las horas, y gastar la alegría que tengo, explotar el cariño que siento y regalarle a mi familia esas pláticas que ahora no puedo otorgarles, los abrazos, las risas; compartir anécdotas, llorar juntos, encontrar soluciones.

Pero lo que más deseo es detener el tiempo, de vez en cuando, y estar con él, sin preocupaciones, sin tormentos, sin que transcurran los segundos; hacer eterno el momento, sentirlo, sentirnos.

Besarlo lentamente, tocarlo suavemente; que sus manos me reconozcan, que su mirada se quede fija en la mía, y su cuerpo, ligera y frenéticamente, se amolde a mis formas. Hundirnos en la nada, donde lo único importante somos los dos, y, entonces, sólo entonces, terminar juntos, llegar de la mano a la realidad y darnos cuenta de que, de verdad, el tiempo no pasa si estamos el uno al lado del otro.

1 comentario:

Lim dijo...

El tiempo hay que tratar de vivirlo y disfrutarlo lo maximo posible, pues es irrecuperable, y si es con él, hacerlo lo antes posible.
Un beso.