Por: Hikari Hotaru
He estado pensando bastante acerca del último semestre de mi vida y de tiempo atrás, asuntos que me atormentan y me han hecho caer, levantarme y volver a caer hasta sentir que ya no puedo más. He convertido las cosas más sencillas en situaciones complicadas, porque no me he sentido capaz de lidiar conmigo misma ni por mí sola; sin embargo, tras el escrito anterior, después de mirar detenidamente a mi alrededor y luego de una confesión el miércoles pasado, comencé a cambiar mi vida, ese cambio que sabía como obligación para estar bien y que, por una u otra razón, había aplazado, como si esperara que el universo mismo conspirara para mejorar algo que sólo se arreglaría si yo trabaja sobre eso.
Durante esta semana me di cuenta que la vida de ninguna persona es fácil y que cuando uno está bien tiende a hacer tormentas en un vaso de agua, porque nos dejamos sobrepasar por nuestras crisis, queremos ser el centro del mundo e, incluso, queriendo o no, causamos lástima en otros, sin mirar lo que tenemos en frente y a los lados, y sin notar que nuestra situación es de lo más favorable.
Estos últimos días he tomado decisiones que cambian un poco el estilo de vida que había dejado que me molestara, para dar espacio a esa parte de mí que había aprisionado por cobarde y temerosa. Me he topado con personas que me han abierto los ojos y las curiosas fuerzas del universo -je je je- me han puesto en lugares con miles de oportunidades que esta vez no he ignorado.
He perdido ya el hilo de esta entrada, realmente no sé, ahora, a dónde quiero llegar, pero me queda claro que compliqué mi vida más de lo que en realidad es, exageré situaciones, quizá, y me di cuenta de mis errores.
Reconozco, su paciencia, sus consejos, sus palabras de ánimo, estimado lector, y el soportar que la autora de este blog se cegara un poco, olvidara ver al resto del mundo y lo abandonara.
Volveremos a funcionar, las energías se han renovado y la luz vuelve por este lado del espacio virtual.
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Releo, por elección aleatoria y, curiosamente, adecuada para el momento, el libro Cómo la vida imita al ajedrez, del campeón mundial de ajedrez de 1985 a 2005, Garry Kasparov, el cual nos habla de cómo la vida es un juego de estrategias y tácticas que nos permiten manejarla en los diversos ámbitos en los cuales nos desarrollamos.
Descubrí que me gustan las relaciones públicas y me encanta el manejo de crisis, pero aún soy muy torpe y me falta experiencia y conocimiento...Algún día, señores, algún día.
1 comentario:
Me alegro de que decidas tomar al toro por los cuernos, y enfrentarte a la vida con ánimos renovados, es la mejor manera de salir adelante, en los confictos que nos plantea, el ir y devenir de las situaciones.
Un beso.
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