Recordará, atento lector, aquella entrada en la que platicaba acerca de mi posición respecto al en ese momento sólo un hashtag #Yosoy132; cuando expresé mi empatía con el sentimiento popular que embargaba en esos días: la indignación, el coraje, el estrés, la impotencia… Bueno, hoy siento la necesidad de hablar al respecto una vez más, al reafirmar que uno de los grandes problemas de nuestro país es aceptar pseudolíderes que nos enamoran con discursos, pero en los hechos son completamente diferentes.
Si bien la intención inicial de éste, al que llamaré pseudomovimiento, podría haber parecido grande, siendo endeble en realidad, logró que los estudiantes, de escuelas de las que no hubiéramos esperado tal levantamiento, alzaran la voz por primera vez. El problema llegó después, cuando comenzaron a compararlo con el movimiento estudiantil de 1968 y los jóvenes se lo creyeron; quiero decir, ¡de verdad!, con qué fundamentos.
Tras lo anterior, permitieron a un tipo del ITAM ingresar como vocero --y autoproclamarse líder-- de dicho "movimiento"… Y los egos del resto de los integrantes se inflaron hasta los cielos. ¡En serio! ¿Se dieron cuenta de que todo lo positivo de este suceso se volcó más rápido de lo que alguien hubiera apostado? Especialmente por dejar a un hombre de 23 años (ahora 24), sin la capacidad de escuchar a sus compañeros, ni siquiera a los entrevistadores, y mucho menos al pueblo, se mantuviera al frente.
Me dirá lo que quiera, inquisidor lector, pero me tomo la libertad de arremeter contra este espurio de la sociedad de la manera que quiera, porque, al final, qué de lo hecho por él es honesto.
Basta con ver su rostro, su actitud, su manera de hablar y de dirigirse hacia los demás, para saber que simplemente estaba comenzado su carrera política. El autoproclamado “locutor, mariachi y mago” ahora estará en las filas de Televisa; decisión que le ha dado más enemigos de los que ya tenía.
Él arremeterá a quien se le ponga en frente: que no se vendió, que no estará en nómina, que no tiene contrato, que va a luchar desde dentro, que quien le ofreció el empleo lo conoció en la escuela y no por el movimiento, que es un colaborador más como Poniatowska, una mujer que por supuesto tampoco acepta los millones de pesos que le pagan por opinar en la televisora, y que hace unas semanas hizo lo que este “líder estudiantil” parlotea sobre sus planes: hablar mal de Televisa en Televisa…
Como si de verdad todos los “líderes de opinión” de esa cadena mordieran la mano de quien les da de comer.
Esto es un reclamo, por supuesto, un desahogo, de esos detalles que no siempre vemos y que no cambiamos: clamamos por un país mejor, nos ponemos en guardia, nos creemos representantes del resto, pero siempre, siempre, con nuestros intereses individuales por delante.
Eso que pudo ser enorme se cayó en instantes: niños que se emocionaron por salir en la tele, por conocer a sus "grandes pensadores" favoritos, por improvisar debates, por creer que estaban haciendo una labor social, como para llenar un requisito y tener algo que escribir en sus Curriculums.
Usted, pensante lector, decidirá si los sigue o no. Por mi parte, continúo con la firme convicción de que el cambio inicia con uno, cuando empezamos a pelear, no por avaros, sino por construir un país mejor, con movimientos puros y con cada una de nuestras acciones en los distintos roles que desempeñamos.
Un soldado que trabaja por su cuenta, sépalo, dictaminador lector, en la trinchera del enemigo no va a cambiar las cosas. Ya te veremos, Antonio Attolini: te dejarán despotricar dos o tres veces contra la casa que ahora te recibe, pero bastarán unos meses para que, o cumplas tu sueño de ser otro Loret de Mola, o para que la presión, por un lado de tus jefes y por el otro de los "Yosoy132" te hagan claudicar, porque más rápido cae un hablador que un cojo y, contra tus supuestos principios, aceptaste estar en una silla para pretender ser, ahora sí, un líder de opinión con todos sus derechos...
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*Por cierto, atento lector, ¿sabe por qué el portal ADNPolítico aceptó a "Antolini" como colaborador? Realmente espero una respuesta, pues, ¡vamos!, hay mejores estudiantes, con ideas que pueden trascender y llevarse a cabo, pero sobre todo con congruencia en sus palabras y actos, como para aceptar a un niño que cree que se gana el pan con su propio sudor y dice ayudar al resto, cuando en realidad sólo piensa en él mismo.
**Le recomiendo esta otra opinión, querido lector: http://goo.gl/Mqdc0
1 comentario:
Muy buen análisis, atenta escritora.
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