2 de septiembre de 2012

Ausencia escrita

Que sea la ausencia de tus palabras la que hable conmigo, la mujer a quien nada tienes que decir, ni un reclamo ni una sonrisa.

Que sean las horas y las letras para otros las que me expliquen cada historia contada en tu interior.

Que el nudo en mi garganta sea el indicador de realidad; y tu indiferencia sin querer, la llama extinta del ego de quien trata de entender por qué elegiste así.

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