Por: Hikari Hotaru
¿Saben, queridos lectores? No hay nada que me parezca más divertido que ver a los hombres por las mañanas en el metro. Su desesperación por no poder ir en los vagones para mujeres y, a cambio, ir al lado de hombres igual de malhumorados, estresados, somnolientos y recién bañados.
¡Es lo más gracioso del mundo!: Verlos salir primero del vagón, con sus rostros ilusionados y apresurados, para apreciar a cada mujer que sale; se detienen un momento, escanean, y prosiguen su camino cuando se dan cuenta de que detienen el tránsito; pero no dejan de lanzar miradas hacia donde sientan una presencia femenina, con la intención de disfrutar lo que no pueden tener.
Y qué decir de aquellos que en el andén llegan a la altura de donde se encuentran los vagones para mujeres en el pasillo contrario. Esas miradas lujuriosas, apenadas, indiscretas o curiosas, tranquilas y sin prisas, no pierden una sola; a pesar del poco tiempo, ahí están, atentos, preparados para el reto de mirar a todas las féminas que puedan.
Son esos hombres que se conforman con mirar; esos jóvenes, señores, adolescentes, con el único fin de recrearse.
Y no, señoritas y señoras
3 comentarios:
Me encanto.
Solo puedo decir eso :)
Lo voy a usar para leerlo en el Club de Lectura al que Pertenezco si me lo permites.
¡Aaahhh! ¡Lo que provoca las estúpidas y "progresistas" ideas de los políticos! Siempre tan bienintencionados, como nunca descerebrados. Ahora que, si la cultura fuera otra, nos dejaríamos de esas parodias de vagones separados. Porque hombre y mujer deben estar juntos. Así nomás.
Saludos de Inge Ryoga!
Eliot Rocha, es para mí un gusto que lo que escribo sirva para ir más allá de una simple pantalla de computadora.
Inge Ryoga, para lo que ha servido esa separación es para reafirmar mi teoría de que los mexicanos defendemos caprichos y no derechos. Bien dicho, deberíamos aceptar que hombres y mujeres deben estar juntos =)
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