Por: Hikari Hotaru
Hay ocasiones en que la energía es tanta que olvidamos mirar lo que sucede a nuestro alrededor.
Veces en las que creemos que estamos tan bien que no somos en realidad conscientes de lo que podemos provocar.
Pero equivocarse, incluso en medio de la plenitud (sea real o aparente), también es válido; tanto como pedir disculpas si se ha dañado a alguien directa o indirectamente por no prestar la atención debida a cada acto, aunque éstos no sean malintencionados.
Es parte de la vida, de ser humanos, y del aprendizaje.
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