24 de julio de 2012

Manuscrito 2/3

Y de esa forma llegas tú, Jaime… Es la primera vez que atrevo a llamarte por tu nombre sin verte, como aquel instante en el que esperé un beso que nunca llegó.

Por momentos me digo que ya lo superé, pero la realidad es que día a día me parece verte entre la gente, y espero que todo haya sido un mala broma. A veces, he estado a punto de acercarme a aquellos que veo como a ti para hablarles, mis ojos se les clavan directamente hasta traspasar su espacio vital, mas no importa mi esfuerzo: no eres ninguno.

¿Me visitas por la noche? Creo que te siento, aunque la verdad espero que no sea así.

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