Nota: El texto que leerá a continuación no fue revisado por la editoria (aquí presente) ni contó con corrección de estilo.
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Después de estos días difíciles tras las elecciones en el país, y de que haya gente inconforme, otra conformista y vendida, una más corrupta, algunos revoltosos, unos luchando por sus derechos, y nuestras mentes pensantes dejando ver que ya no somos la masa inerte que nuestros "políticos" creen; me puse a pensar que hay algo en lo que no reparamos como deberíamos: la primera dama.
Y es que vamos, ¿en serio tenemos que llamarla dama? Leía un artículo de opinión sobre este tema y estuve de acuerdo. Quiero decir, una primera dama de qué y de cuántas; mas lo grave no es eso, sino que, a lo largo de los años, les han otorgado (y digo han porque el pueblo no participa ni se preocupa de ello) la presidencia del DIF nacional.
¿Se han puesto a pensar cuánta responsabilidad hay en eso? No es sólo una cuestión de imagen, sino de qué tan capaz es esa mujer de dirigir una institución que está relacionada con nuestra niñez mexicana. Y es cuando me cuestiono: ¡por qué nunca nos hemos puesto a exigir lineamientos mínimos para esto!, como cuando buscas empleo y te piden hasta las perlas del santo.
Sería lo mínimo que tendríamos que hacer para asegurarnos que cumplirá correctamente con su trabajo, ¿o no?
Ahora, a lo que voy es que a Peña Nieto lo van a dejar como presidente (y que debemos ponerle presión hasta que se haga pipí del susto y quiera irse, o para que haga bien el trabajo), y pues bueno, su esposa, la "gaviota" será nuestra primera dama y presidenta del DIF. ¡AH!
Ser actriz es una profesión muy respetable, existen personas que la ejercen de una manera muy profesional, con mucha pasión, y que con mucho esfuerzo se han consolidado no sólo como grandes actores sino como grandes seres humanos también, pero, el caso de Angélica Rivera no es así.
¿Creen que haber recibido un premio TV y novelas como mejor actriz la hace tal? ¿O que haber participado en una telenovela donde usó playback la hace una mejor persona? Las respuestas son obvias, y justamente por eso deberíamos preocuparnos: es una de esas actrices no preparadas, que Televisa hizo creer que era grande; se trata de una mujer que no ha tenido contacto con causas sociales y mucho menos con las relacionadas a la niñez. Entonces, ¿esperamos un buen trabajo? Me gustaría no dudar de sus capacidades, pero la realidad es que no puedo. ¿Hay que darle una oportunidad? Sí; sin embargo, hay que dejarle muy claro que la tendremos en la mira esperando al primer error para lanzarnos contra ella (si ustedes no, yo sí).
Finalmente, y creo que el punto más es importante de todo esto, es no permitir que las esposas de presidentes sean muñequitas prefabricadas que no hacen más que sonreír, hay que exigir un mínimo de preparación y un curriculum (y no me refiero al trasero) que hable bien de ellas y nos dé confianza en su trabajo. Digo, porque si la comparamos con las parejas de los otros candidatos (sean o no partidarios de ellos), la Gaviota no es más que un personaje indigno de las ligas mayores que representan a nuestro país.
¿Triste? Sí, pero vayan a decírselo a la gente que, aun a sabiendas de los errores del PRI, decidieron venderse por nada, o a aquellas personas apáticas que creen que como ya impusieron a un tipo "no queda de otra", o a esos que no van a mejorar como personas pero serán los primeros en quejarse (lo único que hacen bien).
No olviden, personas, que nuestros representantes no tienen el poder, que trabajan para nosotros y no al revés.
