9 de mayo de 2010

Que la culpa no es de nadie



No sé si te despediste o no; no sé si estés mejor ahora; no sé siquiera si estás o no. Sin embargo, estoy segura de que la vida juntos se nos fue, a los dos, a cada uno por separado, voluntariamente quizá, obligadamente tal vez.

¿Qué ocurrió contigo? Probablemente no lo sepa y hoy ya no quiero encontrar.

Rezaré por ti, donde sea que te encuentres, porque, a pesar de todo, hubo algo de un buen hombre en ti.

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